1/27/2021 0 Comments No puedo cruzar esa calleA lo lejos les diviso, no puedo cruzar esa calle. Les espero en una esquina, en uno de los límites de mi libertad. Me acuerdo de aquella visita a Checkpoint Charlie en Berlín, por suerte, de momento, no estamos tan mal. Justo en frente, en la acera a la que no puedo ir, está el banco del "Oxford" donde se sentaba gente de clase a fumar. Lo llamábamos así porque había un cartel inmenso con esa palabra: "Oxford", pero ya hace años que lo quitaron, como todos los sitios míticos del barrio y pusieron un impersonal "Worten". Nadie llama ahora a ese banco el banco del "Worten", o sí, quién sabe si las juventudes que se sientan a fumar ahora ahí lo llaman así. Prefiero no saberlo, para mí y los de mi generación siempre será el banco del "Oxford". Al lado del banco la iglesia de los Salesianos. Si quisiera ir a misa no podría, pienso, pero no quiero ir, pero lo pienso ¿Y los viejos no pueden ir?
Ya llegan. Mascarillas. Espero impaciente. Una sensación extraña, como si hiciéramos algo ilegal. Pequeña reunión familiar: mis hermanos, mis padres y mis sobrinas. Aprovechando que mi hermano, que no está confinado, pasa por mi barrio de vuelta de recoger a sus hijas del colegio. Abrazo intenso de Sofía. Le explico que no podía cruzar esa calle, por el confinamiento. Pone cara rara, pero ya todo es raro, así que no le sorprende y no pregunta más. Os acompaño hasta Marqués de Viana, les digo, esa es otra calle que no puedo cruzar. Durante el corto trayecto nos desplazamos por parejas, para no llamar la atención, aunque estamos cumpliendo las normas, pero ya uno se ha acostumbrado a no llamar la atención. Charlamos. Jugamos a las palabras. Sofía nos dice a mi hermana y a mí que algunos compañeros le llaman Sofá y no le gusta. Oh no, Sofía, los motes son una putada, se quedan para toda la vida. Sabemos que está mal, pero nos sale del alma a mi hermana y a mí "Te tienes que defender" le decimos. Sofía atiende. Nos dice los nombres de los que la llaman Sofá (aunque mejor Sofá que Sofría o Sofea. O Nutria, como llamo yo a mi hermana), contraatacamos: cagalitros, noria, carapan, Lucía y se apagó. Somos de barrio, crecimos con motes, nos sale del alma. Qué sí, que está mal y no es educativo, pero para eso están los tíos oye. Llegamos a la calle que no puedo cruzar. Nos abrazamos nuevamente infringiendo todos los protocolos. Estamos ya un poco hasta las narices de tanto protocolo. Cruzan. Yo me quedo ahí con otra sensación extraña, pensando en los motes de mi generación, pensando en los sitios del barrio a los que solía ir, y aunque ya no vaya, aunque quisiera hoy, no puedo cruzar esa calle.
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1/27/2021 0 Comments Dos historiasPrimera:
Salgo de trabajar. Llevo todo el día con dolor de estómago y cabeza y me he tomado un paracetamol. Solo tengo ganas de llegar a casa y tumbarme. Escucho un audio de wasap, un amigo me está diciendo algo de ir a ver un monólogo, pero dejo de prestar atención cuando un viejo viene hacia mí, haciendo amago de correr, con los brazos en alto y haciendo aspavientos. Justo al mirar detrás de mí, una moto casi me lleva por delante y se estampa contra la pared de la iglesia de salesianos Atocha. Yo no reacciono. Ha sido todo muy rápido. Me acerco a ver si la motorista está bien. Llegan el viejo y una señora corriendo. La motorista se quita un guante y lo estampa contra el suelo cabreada. Yo no sé muy bien qué hacer, parece que está bien, así que me voy. Retomo el audio que estaba escuchando y me doy cuenta de que la moto ha estado muy cerca de atropellarme y estamparme contra la iglesia. Pienso: viva María Auxiliadora. Segunda: Un hombre canta en el vagón una canción de Nino Bravo. Se atreve con "Un beso y una flor". Hace lo que puede, pero no acaba de sonar bien. Está justo a mi lado. El altavoz está muy alto y él canta muy alto. Duda no cabe de que tiene una voz potente. Al terminar, después de recibir unas pocas monedas, mira su móvil y manda un audio: Cariño, qué fue lo que compraste y qué fue lo que ocurrió. No te preocupes no has perdido nada. Tráete luego la laptop que yo te recupero toda la información y te la meto en un disco duro. Te quiero. El hombre se cambia de vagón y sigue cantando. Yo pienso en ese hombre y lo que le espera al llegar a casa. Yo estaba meditando en casa, como todas las mañanas. Pero esa mañana me percaté de que había más silencio de lo normal. Un silencio atronador. No se escuchaban los característicos coches de una capital. Giré la cabeza y observé cómo caía la nieve, después de haber estado nevando toda la noche. Tiene que estar la ciudad preciosa pensé. Yo tengo que salir a hacer fotos, pensé. Esto no me lo puedo perder, pensé. Y en ese momento se jodió la meditación.
Aguanta Álvaro, llevas medio año meditando y has conseguido acabar todas las meditaciones, que no te entre la ansiedad ahora por un poco de nieve. Y aguanté y conseguí apaciguar la ansiedad que siente todo fotografo ante un acontecimiento único e histórico. Inspiro y tranquilizo mi cuerpo. Espiro y sonrío. Soy consciente del momento presente. Es un momento bello. Y tan bello, todo nevado, volví a desviarme. Acabé la meditación de aquella manera, pero la acabé. Ahora sí, pensé. Me calcé las botas de snowboard, cogí mis cámaras y salí a patear. Me suelo emocionar bastante con la naturaleza, con la luz, con los colores, con cualquier cosa realmente. Debo de tener algún trastorno raro. Pero me gusta todo lo que veo y siento una necesidad obsesiva de capturarlo, para poder revivir esas imágenes posteriormente. Y efectivamente me emocioné. Estuve emocionado todo el día. Una ruta de unos 12km según me dice google. Corta se me hizo, yo quería ver más y más, no creo que esto vuelva a ocurrir en mucho tiempo, pensé, pero eso es todo lo que fui capaz de recorrer y fotografiar. Ahora vuelvo a ver las fotos y vuelvo a revivir esas sensaciones. Las colecciono junto a otro porrón de fotos, que absurdamente me hacen feliz cuando las vuelvo a ver. Será la ansiedad de un fotógrafo que medita. 1/27/2021 0 Comments TriunfarEsta noche soñé que me iba a morir. Me daban pocos meses de vida. Supongo que ver tantas noticias pesimistas han condicionado mi descanso y manipulado mis sueños.
El problema no era que me fuera a morir. La angustia provenía de pensar que me iba a morir sin haber triunfado en la vida. No puede ser. Tanto esfuerzo para nada. No quiero morir sin haber realizado algo memorable, algo por lo que la gente me recuerde. La angustia iba a mas y el sueño se tornaba pesadillesco. Por qué gente sin estudios, sin arte, triunfan, me preguntaba con una envidia que me iba carcomiendo. Supongo también que ese pensamiento sería influencia de la polémica actual con los youtubers. El caso es que en mi sueño intentaba trazar un plan para triunfar en pocos meses, que era el tiempo que supuestamente me quedaba de vida. No se me ocurría nada. Pues me voy de voluntario a ayudar a quien lo necesite y a tomar por culo, por lo menos me recordarán a quienes ayude, pensé. Pero era un pensamiento egoísta, pues el fin último no era la mera ayuda altruista, sino la necesidad de afecto y de que se acordaran de mi al morir. De repente desperté. Silencio. No entendía muy bien qué pasaba. Estaba vivo. El corazón recuperaba su ritmo cardíaco. La pesadilla había terminado. Por qué habré soñado eso, me pregunté. Qué significa. Desayune, sin ver la televisión, noticias malas era lo último que necesitaba. Medité como cada mañana. Respiré. Pensé en mi situación actual, en las personas que quiero y que me quieren, en la cantidad de momentos buenos que paso junto a ellos. Pensé en los sitios donde he estado, las experiencias que he vivido, los trabajos realizados. Pensé en las noches de borrachera, en las tardes tirado en el sofá, en los paseos por la calle. Pensé en que no me iba a morir todavía y en que todo eso podía repetirlo las veces que quisiera y, me di cuenta de una cosa importante; que ya había triunfado. 1/26/2021 0 Comments La higueraEs el único árbol que da dos frutos,
la breva en junio y el higo a finales de agosto. Aunque realmente las brevas y los higos no son frutos, sino flores internas, masculinas y femeninas, protegidas por una piel. El verdadero fruto son las pepitas de dentro. Con grandes hojas verdes y de altura considerable, se alza como un árbol imponente pero solidario con quien disfruta de sus cosechas. A mí, la verdad, es que no me gustan ni los higos ni las brevas, pero me parece un árbol precioso. La expresión "De higos a brevas" significa que algo ocurre cada mucho tiempo (de septiembre a junio). Un ejemplo sería: - El otro día estuve en la casa de Juan, la tenía hecha unos zorros. - El tío guarro la limpiará "de higos a brevas". - Ja ja ja. Otras expresiones de similar aplicación serían "de uvas a peras" o "de pascuas a ramos". En la fotografía se puede observar una breva madura, ya de las últimas, y unos higos verdes, recién florecidos, por lo que un experto en el tema podría deducir que la fotografía fue tomada el jueves dos de julio de dos mil veinte, a las siete cuarenta y cinco de la tarde, en Azabal, las Hurdes. 1/26/2021 0 Comments Mantis religiosaDe brazos serrados,
solo tienen en mente dos cosas: la comida y el sexo. Las hembras arrancan la cabeza de los machos y devoran partes de su cuerpo después del apareamiento. Pero solo ocurre si la hembra tiene hambre o el macho la irrita. Se alimentan de insectos, salamandras y aves pequeñas como colibrís (perforan sus cabezas y devoran sus cerebros) Existen más de 2400 especies. La de la foto es voladora y realiza vuelos de unos treinta cm. Tienen ojos de extraterrestre y una visión periférica de 180°. Son expertas del camuflaje y sirven para el control de plagas. Fritas con soja están muy buenas. 1/26/2021 0 Comments Cien años de soledad"Estaban vinculados por una especie de complicidad, fundada en hechos reales en los que nadie creía, y que habían afectado sus vidas hasta el punto de que ambos se encontraban a la deriva en la resaca de un mundo acabado, del cuál solo quedaba la nostalgia."
"Ella lo dejó terminar, rascándole la cabeza con la yema de los dedos, y sin que él le hubiera revelado que estaba llorando de amor, ella reconoció de inmediato el llanto más antiguo de la historia del hombre." "Era lo último que iba quedando de un pasado cuyo aniquilamiento no se consumaba, porque seguía aniquilándose indefinidamente, consumiéndose dentro de sí mismo, acabándose a cada minuto pero sin acabar de acabarse jamás." 1/26/2021 0 Comments La cuesta de las escuelasCada tarde de verano, hace ya muchos veranos, subíamos la cuesta de las escuelas,
saltábamos su portón y nos reuníamos unos cuantos amigos para echar una pachanga al futbito en el campo de cemento. Un campo sin bandas, pues estaba encajonado entre un muro y el edificio de las clases, así que, la bola rebotaba contra las paredes. Cuando pegabas un pelotazo tenías que saltar nuevamente el portón o una reja, dependiendo de la portería, y correr monte abajo para recuperar el balón. Era el lugar de encuentro donde nos juntábamos amigos y amigas, de diferentes edades, los forasteros que veníamos de fuera del pueblo y los que vivían en él. Allí hablábamos de nuestras cosas de adolescentes. Allí nos inquietaban nuestras cosas de adolescentes. Allí surgía el amor adolescente. Allí empezamos a fumar y a beber furtivamente. Allí la vida era más sencilla y los problemas poco frecuentes. Allí soñábamos, reíamos, llorábamos, pero la vida no pasaba deprisa, o eso creíamos. Fueron tardes mágicas. No teníamos responsabilidades. No teníamos horarios. No teníamos internet. No teníamos prisa por volver. Era una libertad tan placentera, que la exprimíamos a sabiendas de que no duraría para siempre, al menos, físicamente. Fueron tardes irrepetibles. Aunque cada tarde era similar a la anterior, cada una era diferente, propia. Tardes que nos ayudaron a crecer, a pensar, a cuestionarnos las cosas. Tardes nihilistas, existencialistas, de rebeldía, de imaginarnos un futuro brillante al que enfrentarnos sin miedo. Tardes en las que nos contábamos historias e inventábamos juegos. Tardes que se fueron perdiendo con el pasar de los años, con la evolución de cada una de nuestras vidas, con ese hacernos "mayores" y dejar de tener tanto tiempo, o de invertir ese tiempo en otros quehaceres, o de creer que eso que hacíamos o no hacíamos, allí arriba, era una pérdida de tiempo. A veces, cuando paso por la cuesta de las escuelas, me paro un segundo, miro hacia arriba, y rescato del fondo de la memoria, de un cajón con más de quince años, aquellos momentos de lo que en su día no sabíamos que era la felicidad, aunque lo intuíamos. 1/26/2021 0 Comments ResilienciaHace unos meses cortamos media chumbera porque estaba enferma y muriéndose. Era muy grande, asi que, dejamos la otra mitad que estaba en buen estado y bonita, para que sobreviviera.
Parte del tronco y de las hojas, llamadas nopales, las amontonamos en otro lado del jardín para quemarlas en invierno y, es maravilloso ver cómo la naturaleza es tan resiliente. De los troncos secos y de los trozos de nopal que cayeron al suelo, han brotado nuevas hojas, verdes, sanas y llenas de vida. La resiliencia es la capacidad de afrontar la adversidad y superarla. La chumbera es resiliente. La chumbera se negó a dejar de vivir. Sé como la chumbera. Sé resiliente y sal de tu adversidad con brillo y vida. 1/26/2021 0 Comments El arte de narrar"Nadie sigue una línea recta a lo largo de la vida. A veces, no paramos en las estaciones señaladas en el itinerario.
A veces, descarrilamos. A veces, perdemos nuestro camino, o nos da por volar y nos desvanecemos como ahechaduras. A veces, hacemos los más tremendos viajes sin movernos del sitio. En el espacio de unos minutos, algunos individuos viven la experiencia total de un ser normal. Durante su estancia aquí abajo, algunos consumen múltiples vidas. Algunos brotan como hongos, mientras que otros resbalan desesperadamente, encenagándose en sus propias huellas. Lo que ocurre en cada momento de la vida de un hombre, siempre es insondable. Ningún hombre es capaz de contar toda su historia, por muy limitado que sea el fragmento de la vida en el que quiere hacer hincapié. Lo único que me interesa es este áurea de lo desconocido, donde se libra la verdadera lucha. Al describir hechos, acontecimientos y relaciones, incluso triviales, constantemente me esfuerzo por hacer consciente al lector de la penetrante fuerza de aquel dominio oscuro y misterioso en ausencia del cual nada podría pasar. Incluso cuando empecé a escribir por primera vez, era consciente de esto a lo que he aludido, pero de una manera vaga y confusa. Sabía que no solo mi propia vida, sino la de cualquier hombre es interesante, si uno se toma la molestia de ahondar en ella. Comprendía que relatarla tenía su importancia porque era instructiva para mí y otros, ya fuesen semejantes o distintos a mí. Después de todo, el arte de narrar es solo otra forma de comunión". Henry Miller |
TextosEn este espacio iré subiendo diferentes textos, reflexiones, inquietudes, relatos que llevo dentro y quiero compartir. Pasen y lean. Archives
June 2023
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