1/27/2021 0 Comments Las cartasHace poco encontré una carta que escribí con siete años a un amigo pero que no envié, no recuerdo por qué, aunque supongo que fue al cambiarme de colegio. En la carta le decía que había estado en el parque de atracciones y me lo había pasado muy bien y un par de cosas sin importancia, aunque para mi yo del pasado sí que merecieron la pena ser escritas.
Siempre me han fascinado las cartas, por el tiempo que se dedicaba a escribirlas a mano, por la belleza de la caligrafía, tan personal y auténtica, por el arte de narrar algo que consideras importante y por esa maravillosa estructura aristotélica: introducción, nudo y desenlace. Con la llegada de internet, ya en la adolescencia, cambié, como la gran mayoría, el papel por el email, aunque seguía manteniendo la forma de escribir como en papel. Cuando me iba de viaje me encantaba narrar cada varios días mis andanzas. Cuando llevaba tiempo sin ver a alguien, le preguntaba cómo le iba y le resumía cómo me iba a mi. Incluso mandé mails de amor. Seguro que alguien que lea este post tendrá algún email mío en una de estas tres variedades. Con la llegada del Whatsapp también se fue perdiendo esta práctica. ¿Para qué mandar un email pudiendo mandar un audio o un mensaje? Aun así, yo sigo, aunque cada vez menos, escribiendo de esta forma. Hace poco un amigo de la infancia me escribió un email preguntando por el libro de poesía que sacaré en breve. Vio la foto en instagram. Yo le contesté y nos intercambiamos varios emails resumiendo a grandes rasgos nuestras vidas. Llevamos más de veinte años sin vernos y serían muchas cartas las que nos tendríamos que escribir, así que, después de cuatro emails, decidimos que era mejor verse en persona. Hoy he estado toda la tarde con mis sobrinas. Sofía está aprendiendo a escribir y me pedía ayuda. He aprovechado para enseñarle a escribir una carta e intentar transmitirle el placer de esta bella tradición. Aunque reconozco que he disfrutado yo más ayudándola que ella escribiéndola. Su primera carta ha sido para su tata. - Primero vamos a poner "Querida Nuria" y después dos puntos. Y después ponemos ya el cuerpo de la carta, osea, lo que le quieres decir. - Que la quiero mucho. - Pues escribimos eso. "Te quiero mucho" - ¿Algo más? - Y que siempre la querré. - Pues lo ponemos también " Y siempre te querré" - ¿Algo más? - No. - Pues ahora le podemos hacer una carita sonriente y debajo firmas y pones la fecha. Ahora hay que buscar un sobre para meter la carta y poner a quién se la quieres entregar y ya está. - Quiero escribir otra Tito. - ¿Quieres escribirte una carta a tu yo del futuro? - ¿Cómo? - Pues escribimos un mensaje ahora, lo guardamos y dentro de un año lo sacamos y lo leemos. - Vale. Ay, las cartas. Qué nervios cuando la mandabas y qué felicidad cuando te llegaba una al buzón.
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