Famoso

La otra tarde le dije a mi sobrina Sofía de hacer una cámara oscura. Le expliqué que era una especie de cámara de fotos que se hacía con una caja de zapatos. Nos pusimos a ello y mientras estábamos pintando la caja de negro me mira y me pregunta con un tono curioso, como cuando te das cuenta de algo:
- Tito, ¿tú eres famoso?
- No, que yo sepa. Respondí sorprendido por la pregunta. ¿Por qué lo dices?
- Como haces cortos y vendías libros...
- Ah, bueno, pero se los vendí a familiares y amigos. Y bueno, aunque no sea famoso si que han puesto mis cortos por todo el mundo eh. Dije como queriendo demostrar algo.
- Ah. Respondió sin más.
Seguimos pintando la caja, recortamos un visor, le pegamos papel seda, le añadimos una lupa y acabamos nuestra cámara oscura. Sofía se sorprendió de que la imagen se viera del revés, yo le expliqué que era porque la luz viaja en línea recta y que al pasar por la lupa... Le dio exactamente igual y se puso a hacer otras cosas.
Al rato, yo que seguía feliz mirando a través mi cámara oscura y teniendo pensamientos casi filosóficos sobre la ciencia, volvió Sofía a mi lado y me preguntó si grababa los cortos con eso. Le dije que no y le pregunté si quería ver en primicia una escena de lo último que había grabado, que era lo mejor que había grabado nunca. Me dijo que sí, así que, rápidamente saqué mi móvil y le enseñé la escena en la que un chico y una chica están en un restaurante y se besan, mientras la cámara se acerca a ellos en un travelling in y se separa cuando acaba el beso en un travelling out.
- ¿Te ha gustado?
- Sí, no está mal. ¿Eso lo has grabado tú?
- Sí.
- ¿En un restaurante?
- Sí, y los actores son suuuuper simpáticos.
- ¿Esos personajes existen de verdad?
- Claro, son amigos míos.
De repente algo en su cabeza hizo click, me miro dubitativa y se fue.
Creo que todavía no sabe muy bien a qué me dedico, pero si alguna vez gano algún premio y tengo que salir a decir algo, diré: Ya está Sofía, ya soy famoso.