1/5/2019 0 Comments EsperandoINDIA. 2008 En la India el 80% de matrimonios son “concertados” o acordados por los padres de los contrayentes. La mujer es percibida como un bien económico y queda sometida a las decisiones de sus padres, tanto para pactar la edad del matrimonio como para elegir el marido. La esposa pasa a ser dependiente no solo del marido sino también de la suegra y el resto de la familia de su esposo. A esto se suma que una mujer india es valorada y respetada mientras esté al lado de su marido. Las viudas forman un grupo social marginado y pobre, excluido de manera física, emocional, cultural y religiosa. En algunos casos se ha llegado a extremos como la práctica del sati o quema de viudas, un acto público en el que la viuda se arrojaba viva a una hoguera en la pira funeraria del difunto marido. Actualmente la práctica del sati está abolida en la India. Aunque la mayoría de mujeres en la India trabaja y contribuye a la economía de una forma u otra, gran parte de su trabajo es ‘invisible’, ya que no se documenta ni se contabiliza en las estadísticas oficiales. Se estima que el 95% de las mujeres indias trabaja en el sector informal de la economía y su trabajo es inseguro, irregular, invisible y normalmente no está reconocido. Sin embargo, a pesar de la feminización de la agricultura india y la incorporación de la mujer al mundo laboral, esta no goza de ningún tipo de independencia económica. La mujer india debe entregar a su marido los beneficios obtenidos trabajando para que él los administre a su gusto.
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