1/5/2019 0 Comments BurbujasHONDURAS 2011 Agosto. Gracias a la fundación PROCLADE, pude visitar el país y adentrarme en pequeñas aldeas de las montañas, sin electricidad o casi aisladas del mundo, para platicar con sus gentes, conocerla y realizar diversas charlas sobre ecología o igualdad. Honduras es uno de los países más pobres y violentos del mundo, pero son un pueblo muy acogedor y encantador. En una de las visitas a una de las aldeas, me quedé con un matrimonio de ancianos. Mi labor era muy sencilla, estar con ellos y hablar. Yo pensaba que no hacía nada del otro mundo, pero para ellos, que yo estuviera allí haciéndoles compañia y de invitado en su pequeña casa, era todo un honor y les hacía sentirse orgullosos. Se hizo de noche, y no había luz. El cielo comenzó a inundarse de estrellas, tantas que uno se acongojaba al mirarlas desde la oscuridad de la montaña. Cené con la pareja a la luz de una vela y fue un momento que siempre recordaré. Siempre estaré agradecido a la Fundación PROCLADE por brindarme la posibilidad de ir de voluntario con ellos y pasar un mes allí. Si no conocéis la fundación, os animo a que le echéis un vistazo, su labor es fundamental: https://www.fundacionproclade.org/
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