1/27/2021 0 Comments Ese momentoEse momento en el que te das cuenta de que estás viviendo, para bien o para mal, dejas de pensar y comienzas a mirar lo que ocurre a tu alrededor.
Y notas como el mundo sigue y sigue, sin pararse, gente que va a sitios y hace cosas. Con suerte, un cruce de miradas cómplices con alguien. Y tú, que formas parte de todo este entramado. Y sales de tu cabecita pensante, esa que no te deja descansar ni un segundo, programando actividades, tareas pendientes, listas, cosas que no debes olvidar... Esa que piensa en un futuro a corto, medio y largo plazo y en un pasado diferente. Esa que olvida el presente. Ese presente cotidiano incontínuo por este preciso momento. Ese estar y saber estar. Ese cerebrito humano que devora información constantemente: imágenes, ideas, palabras, sonidos, conceptos. Ese que sueña. Esa puta cabecita que teoriza, calcula, anticipa y se pone en lo peor. Esa que olvida. Esa que recuerda. Esas sinapsis neuronales. Ese momento en el que decides bajar el ritmo de tu paso acelerado, e incluso te paras y te sientas y respiras, y sientes como el sol te da en la cara. Esa brisa. Ese olor. Esa textura. Ese no insultar a nadie mentalmente. Esa sonrisa budista. Ese laissez faire. Ese momento en el que te das cuenta que en esto consiste vivir y todo lo demás son meros preparativos, elucubraciones. Ese momento epifánico en el que todo y nada tienen sentido. Ese momento puramente salvaje y animal tan alejado de la dictadura de la razón que nos oprime. Ese momento. Ese pequeño momento. Ese momentito.
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Nota del autorSiempre me ha costado comunicarme emocionalmente. Gracias a la poesía he podido expresar a lo largo de los años muchas cosas que llevo dentro y me cuesta sacar. La poesía es mi desahogo, es mi grito, es mi llanto, es mi evasión. Archives
February 2022
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